El hotel La Pérouse, situado en pleno centro de Nantes, es una joya de la arquitectura del siglo XX, un establecimiento de cuatro estrellas cuyo trato personal que le hará sentirse como en casa. Su silueta monolítica, con aspecto de estar esculpida a partir de un solo bloque, se alza como una escultura moderna e intemporal, un diálogo arquitectónico entre dos épocas, con un estilo decididamente contemporáneo.
Las ventanas a distintas alturas y la variedad de superficies aportan dramatismo a la disposición interior de las habitaciones, mientras que las líneas minimalistas y los revestimientos de piedra clásica de las paredes del vestíbulo principal conectan entre sí el interior y el exterior del edificio. La calidad y la elegancia de los materiales, junto con una decoración discreta, ponen el broche de oro al conjunto.
La historia del hotel La Pérouse comienza aún antes de su construcción. En este lugar, hasta 1993, se alzaba la última casa baja del barrio, sede de la tienda de tapones y corchos La Bouchonnerie Nantaise. Entre la casa y el edificio colindante se encontraban la ruelle des Petits Murs (callejón de las Paredes Pequeñas) y la plaza del mismo nombre, donde estacionaban de los autocares que transportaban a los habitantes de Nantes entre el centro y la periferia (e incluso hasta Saint-Nazaire, donde desembarcaban los turistas extranjeros). Justo enfrente del hotel, el cours des 50 Otages (paseo de los Cincuenta Rehenes) sigue el antiguo lecho del río Erdre en su recorrido hasta desembocar en el Loira; antaño, el río marcaba la frontera entre el Nantes medieval y el barrio de Graslin, construido en el siglo XVIII. Las obras para su construcción comenzaron en marzo de 1938.